Inspirados por la ambición, la envidia, la venganza, el amor o el odio, ellos no perdonaron a sus seres más cercanos. Sin embargo a los ojos de la historia poco importan los motivos, la traición es un deshonra que incluye a héroes y villanos.
Efialtes y Pausanias, ambiciosos por naturaleza
Grecia,
Efialtes esperaba ser recompensado por los persas, pero luego que estos fueron derrotados en
El segundo de los traidores es el general espartano Pausanias, sobrino de Leónidas. El general decidió, luego de derrotar a los persas en Platea en
Pausanias logró con su campaña conquistar Bizancio, iniciando una escalada personal que le llevó a pretender la dirección de Grecia, ofreciendo sus servicios al propio Jerjes al que pidió la mano de una de sus hijas. Ante el rechazo de griegos e incluso de los espartanos a sus propósitos, se erigió rey de Bizancio hasta que fue expulsado por las tropas de
Logró huir y se refugió en el templo de Atenea, que fue totalmente emparedado para impedir su huida. Poco después, el héroe de Platea moría de hambre.
Marco Junio Bruto, el último romano
Roma 15 de marzo de 44 A.C.
Fue uno de los conspiradores que planearon y ejecutaron el asesinato de Julio César pues consideraban que ya era demasiado poderoso y que ejercía en la práctica el poder como un monarca.
Bruto había perdido a su padre niño y fue adoptado por el filosofo Catón de Utica, quien era un firme defensor de
Tras el asesinato, el comandante Marco Antonio decidió aprovecharse del amor que pueblo sentía por César y puso a gran parte de la población en contra de los conspiradores. A partir de entonces fueron acusados de traición y huyeron hacia Oriente. Marco Antonio y Octavio, quien más tarde se convertiría en el primer emperador, marcharon con sus ejércitos persiguiéndolos. En la doble batalla de Filipos (42 a.C) se enfrentaron. Después del primer encuentro Casio se suicidó, y tras el segundo, Bruto huyó y antes de ser capturado decidió arrojarse sobre su espada.
Marco Antonio honró a su enemigo caído, declarándole el romano más noble. En cambio Octavio le hizo cortar la cabeza y la envió a Roma para arrojarla a los pies de la estatua de César.
Judas Iscariote, por treinta monedas de plata
Palestina, siglo I
Después de entregar a Jesucristo se convirtió automáticamente en el traidor por antonomasia.
Luego que Judas pactó con el Sanedrín, condujo a un grupo de soldados de los sumos sacerdotes hasta el lugar donde sabía que se encontraba Jesús. San Mateo indica la cantidad que iba a recibir y también hace referencia a su posterior arrepentimiento, pero aún existen discrepancias sobre si actuó por iniciativa propia o fue instigado por Satanás.
Algunos autores ensayaron la reivindicación del apóstol maldito. Jorge Luis Borges en 1944 publica el cuento Tres versiones de Judas, donde un teólogo investiga tres interpretaciones de Judas. Luego Juan Bosch, en su libro de 1955 Judas Iscariote el calumniado, lo presenta como víctima de una interpretación errónea de los hechos. El escritor Mario Belich, en su novela
En el año 2006 se publicó la traducción del Evangelio de Judas, un texto de los cainitas –una secta gnóstica- que data posiblemente del siglo II. Según el texto fue el propio Jesucristo quien le pidió a Judas que lo traicionara para que la humanidad pudiera ser redimida a través de su muerte.
Culpable o no, preso, suicidándose o víctima de alguna venganza, Judas apenas vivió para contarlo.
1 comentario:
muy bueno lo publicare en mi blog respetando tu autoria,mueve a reflexion
Gianna Virginia Tassara
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